buscaba una oración que despertara admiración y hasta celos al mejor de los poetas. y me encontré con el cuaderno, la birome y una fuga inoportuna de ideas. estaba tan cansado de saberme un fracasado, les juro que yo sé de lo que hablo... junté resignación y al fin tomé una decisión, me dije Pablo, vendele el alma al diablo! y bajé unas escaleras hasta el centro de la tierra, donde el diablo recibe a las visitas. "tome asiento, por favor, pongase cómodo, señor" me dijo mientras yo lo interrumpía. "sere breve, iré directo al grano. vengo a proponerle un negocio. mi alma a cambio de una canción que me vuelva millonario y famoso". y el diablo, delante de mi cara, se puso a reír a carcajadas. después me contestó, pero vos quién te crees que sos?, tu alma para mí no vale nada.
me voy por donde vine, que importa donde termine? a mí la vida me ha doblado el brazo. me falta inspiración para escribir esa canción que me saque del fondo de los vasos... estaba tan frustrado, tan herido y amargado, les juro que yo sé de lo que hablo. una mañana decidí que no iba más vivir así. me dije Pablo, mandalo todo al diablo! y salí por la avenida silbando una melodía cuando en eso se acercó un desconocido... "escucheme señor, deme un minuto, por favor" el diablo había vuelto arrepentido, seré breve, iré directo al grano, vengo a proponerte un negocio: tu alma a cambio de una canción que te vuelva millonario y famoso. y entonces delante de su cara le recordé a su madre y a su hermana, le dije, ahora ya es muy tarde, lo lamento por los dos, porque mi alma . . . la empeñé hace una semana.