Mi intención nunca fue volverme grande ni quejarme si llegaba a pasar, pero es la noche que me agarra desenvuelto, desvelado, un tanto lento y enojado de admitir que las cosas se volvieron más complejas, que no creo ya en ovejas que me hagan dormir. El mundo era de fibra y plastilina, las nubes de tiza y algodón, mi fortuna se contaba en golosinas, mis tristezas en pedazos de cartón... Y una noche me puse a pensar si habré gastado tantas lagrimas que de grande me cuesta llorar
Y escape de mi casa, me soné la nariz, me escondí en una plaza para ser un ratito feliz. Pero el arenero me llena de arena, fui preso por regar un árbol con pis, le hice señas a un muñeco que nuca me vio, me perdí y ya nadie aplaudió...
El sueño era profundo y transparente, las respuestas las tenía un caracol, te mandaba mensajitos con la mente, dibujaba bigotes en el sol... Y una noche me puse a pensar si habré encontrado a la escondida y a la mancha la puse a lavar